Bizkaia es campeona de Euskadi y Nafarroa en categoría Mini Masculina al imponerse en la final de dicho campeonato a Araba. El Polideportivo Municipal de Villafranca vio coronarse a los de Jon Ander Paredes que supieron sufrir ante una gran Araba. En el quinto período Bizkaia empezó a inclinar la balanza de su lado gracias a un comprometido trabajo defensivo y un juego coral que le permitió resolver bien cerca del aro.
BIZKAIA 64 – ARABA 53
La final arrancó envuelta en un magnífico ambiente, siendo todos conscientes de que eran las dos mejores selecciones de este Campeonato y desde el salto inicial ambos equipos salieron a agradar y darlo todo para llevarse el título de campeón. En los primeros compases estuvo mejor Bizkaia, más incisiva y resolutiva en las penetraciones. Araba se enganchó rápidamente y al final del primer tramo, igualdad, 15-13. Le costó y mucho a los bizkainos reencontrarse en el segundo período. Pérdidas ante la presión rival, costó ver aro, las selecciones de tiro no fueron las mejores y el parcial de 2-12 permitió a Araba ponerse por delante en el marcador. Retomó el mando del choque la selección de Jon Ander Paredes en el tercer período, se consiguió recortar y entrar en una fase de partido más igualada. Al descanso, 32-33.
El partido no tenía dueño y difícilmente iba a tener hasta casi el pitido final. Ya no había concesiones, se incrementaba la presión sobre el balón, la circulación era harto complicada y no había espacios para encontrar el camino del aro. Tras el cuarto asalto, 38-40. En el siguiente capítulo Bizkaia estuvo muy compensada en su juego en ambas canchas y especialmente resolutiva cerca del aro. La consecuencia, el 49-40. Y la diferencia siguió creciendo porque los bizkainos no bajaron la intensidad atrás y de cara al aro estuvieron muy efectivos y leyendo bien las diferentes situaciones. Con 57-42 arrancaba el último período. No se podía confiar la selección rojilla porque Araba tenía argumentos para comprometer el triunfo bizkaino. Sin embargo no hubo margen a la remontada porque Bizkaia, aunque negada en ataque, se puso el mono de trabajo y en defensa contuvo a su rival.