[box]Poco duró la emoción en la final del VIII Torneo Internacional ‘Ciudad de Barakaldo’ en la que Catalunya salió arrasando con un parcial de 0-14 que desestabilizó a una Euskadi que, aunque lo intentó, se quedó sin capacidad de reacción (44-72).[/box]
(FOTOS: Dani Álvarez)
Salida de partido muy fuerte para Catalunya, que se valía de un nivel de intensidad defensiva muy alta para provocar pérdidas en Euskadi y correr. Iurgi Caminos paraba el partido solicitando tiempo muerto tras un parcial inicial de 0-9. No servía de mucho, ya que los visitantes seguían presionando muy arriba y se apoyaban en el alero Marc Gimenez (9 puntos), destacado en la anotación, para seguir aumentando la renta. Tras casi cinco minutos de encuentro anotaba Euskadi sus primeros puntos desde la línea de personal de la mano de Beraza (2-14). Con el paso de los minutos los locales fueron entrando en partido aunque el parcial inicial ponía cuesta arriba la final para la tricolor.
Euskadi buscaba reaccionar y apretaba las líneas de pase, aunque solo era un espejismo, como el triple de Mikel Sainz de la Maza. Euskadi sufría, perdía balones, costaba la circulación y cada punto costaba sangre y sudor. Por el contrario, Catalunya se encontraba todo lo a gusto que no estuvo en la semifinal, y se gustaba. Pasado el ecuador del segundo cuarto, ya dominaban el marcador por veinte puntos. La entrada de Jagoba Guerrero proporcionaba un soplo de aire fresco a los locales, pero la renta continuaba aumentando. Al descanso, el marcador reflejaba un duro 19-45 para los locales.
Ya no fue capaz Euskadi de cambiar el rumbo del partido. El seleccionador euskaldun tiró de pizarra y buscó una solución para acabar con la sangría anotadora, apostó por la defensa zonal y ciertamente contuvo en parte a Catalunya porque el parcial de este período fue más competido 13-18 (32-63). En esa misma línea de mejora defensiva de los anfitriones continuó la contienda pero no hubo margen de disputarle el triunfo a una sólida Catalunya.
DECLARACIONES DE BERNI ÁLVAREZ
La verdad es que hemos podido aplicar nuestra fortaleza física desde el principio, presionar un poco más arriba, hoy estábamos más frescos que ayer. Hemos salido bien y hemos robado muchos balones con confianza. Ellos sin embargo han encontrado ese problema de tanta presión a balón. De ahí que en la segunda parte hayamos estado más tranquilos y jugado con más calma. Ser campeones en este torneo significa bastante para nuestros chavales puesto que están en unas edades difíciles ya que muchas veces requieren todavía un proceso de unos años para llegar a competir al máximo nivel.