Hablamos con Igor Urreta, director técnico y entrenador del equipo del 1ª Nacional Masculina del Leioa SBT, acerca de vuelta a las canchas de los ‘Primeras’ de este pasado fin de semana. La gestión de la motivación y la estabilidad del trabajo diario han sido aspectos claves para un equipo que quiere meterse entre los cuatro primeros, solo una temporada después de debutar en la categoría.
Comenzamos por lo más reciente. ¿Cómo valoras la vuelta a las canchas de las Nacionales?
Haría dos valoraciones distintas de la situación, que para el equipo que yo dirijo ha sido especial por las distintas condiciones que hemos tenido. Por un lado, la vuelta a la competición nos parece muy buena, era algo que la gente necesitaba en general. En el caso de las Nacionales, ha habido una situación un poco rara que personalmente no acabo de comprender como es el parón. Concretamente, para los equipos de Primera Nacional ha sido una situación perjudicial, y estamos algo contrariados y disconformes por la gestión de todo esto. Es una doble lectura: es positivo que hayamos vuelto, pero la gestión del parón creemos que no ha sido buena.
Se ha vivido una gran incertidumbre a causa de esa etiqueta de semiprofesionales que se os adjudicó… ¿qué sensación os queda de esa denominación?
Hay que diferenciar dos situaciones diferentes en torno a esta cuestión tan manida y discutida ya. Creo que es muy diferente la experiencia que tenemos ahora alrededor de la cuestión pandémica con el absoluto desconocimiento que teníamos en septiembre. Yo admito que cuando la Federación Vasca nos colocó la etiqueta de semiprofesionales lo primero que hice fue llevarme las manos a la cabeza, porque no entendí a qué respondía esa denominación. En octubre las cosas estaban muy complicadas y la preocupación era grande, pero creo que la clave fue que esa etiqueta no estuvo bien explicada. Pero tengo que admitir que con el tiempo ha sido un alivio, porque ha sido el único salvoconducto del que han dispuesto los equipos de Federación Vasca para poder desplazarse, entrenar y competir con cierta normalidad. Es evidente que todos somos conscientes de que no somos semiprofesionales, pero creo que este hecho implica un compromiso para todos, y ahora soy un firme defensor de esa categorización. Nos hemos dado cuenta de que el baloncesto es seguro, y de que lo que se hace en la pista también lo es, mientras que el problema radica en lo que se hace fuera.
¿Cómo han sido estas semanas sin competición?
Estas semanas han sido muy duras. Llevábamos ya cinco jornadas con continuidad en las que habíamos logrado una regularidad a nivel mental y de trabajo diario. La gente ya estaba a jugar y creo que era palpable también en el resto de equipos de la competición. La desmotivación de los jugadores posterior a la suspensión ha sido muy grande, y la situación que se ha dado ha sido ajena a jugadores y equipos, respondiendo a otro tipo de intereses. Creo que además el tiempo nos ha dado la razón, porque la situación ha cambiado muy poco desde la suspensión. Estamos en el mismo punto, pero habiendo perdido tiempo para gestionar el calendario.
La tabla está ahora mismo muy descompensada, pero con ese balance de 4-3 que acumuláis el objetivo podría ser clasificar para el grupo de arriba, en el que competirán los cuatro primeros clasificados tras la modificación del sistema de competición.
La Federación Vasca en su día hizo un gran trabajo haciendo un planteamiento alternativo al Plan A, pero creo que hemos salido perdiendo prácticamente todos con el cambio. En un principio iban a formar parte seis equipos del grupo por el ascenso, pero con esta suspensión no da tiempo a terminar las jornadas. No obstante, se ha mantenido una A2 con ocho equipos que no se juegan nada. Creo que había otras fórmulas que podrían haberse buscado para realizar un mal menor. Los equipos que, de alguna manera, queríamos meternos ahí, lo tenemos ahora algo más complicado.
Realmente no era nuestro objetivo meternos ahí. Teníamos claro que iba a ser un año extraño, y mucha gente venía de vivir situaciones personales complicadas. Queríamos disfrutar del baloncesto y de nuestro grupo humano, fuese compitiendo o no. Los primeros fueron meses muy complicados con novedades cada semana, pero en enero, las victorias de Atlético y Ordizia nos ayudaron a empezar a pensar en ese objetivo. Creo que esos partidos que sacamos han sido clave para que el grupo se focalizase en ese cometido.
Pero veníais de ganar a Bilbao Basket justo antes del parón en Kandelazubieta, y os habíais colocado con cuatro victorias y dos derrotas. Ahora habéis vuelto con otro derbi bizkaino ante Loiola Indautxu, del que los colegiales salieron vencedores por 71-49. ¿Qué rivales son los más peligrosos para vosotros en la pugna por entrar entre los cuatro primeros en la que estáis actualmente?
La ilusión por meternos arriba la tenemos, pero ahora tenemos que poner el trabajo para poder llevarlo a cabo. Hablaré con mucha prudencia de la clasificación, porque quien mire la tabla advertirá que faltan muchísimos partidos por jugar y que las situaciones de los equipos muy diferentes. Parece evidente que hay un grupo de equipos que tienen asegurada plaza en ese grupo de arriba, como pueden ser el Getxo, TAKE Tolosa y Loiola Indautxu, que están muy fuertes, con grandes plantillas y mucha calidad.
Después hay a priori unos cuatro equipos que estamos luchando por esa cuarta plaza, pero hay algún equipo más por debajo que puede meterse porque tiene muchos partidos por jugarse. Intuyo que no se va a resolver hasta el final, porque además hay duelos directos entre los equipos implicados.