El capitán del Zornotza, tras dos años en Iraurgi, está de vuelta en Larrea. Sin su afición, pero Iker Salazar vuelve a vestir la verde, y a contribuir para que los de Amorebieta vuelvan a los puestos de arriba de la tabla de LEB Plata. Hablamos con el leioztarra, optimista cara al final de temporada, que desgrana y profundiza el compacto bloque que Mikel Garitaonandia ha vuelto a confeccionar en Amorebieta.
Lo primero que queremos preguntarte es si estáis todos bien y si ya está todo en orden de vuelta del confinamiento. ¿Cómo crees que os va a afectar este parón de diez días?
Estamos todos bien y ya está todo en orden, entrenando. Tuvimos un parón por un positivo y hemos estado diez días parados pero estamos ya de vuelta.
La verdad es que veníamos de ganar cuatro de los últimos cinco, con lo que cómo va a afectarnos se verá ahora. Tenemos viajes complicados fuera, y prácticamente siete partidos en un plazo de veinte días, lo que es una locura. Hemos tenido la mala suerte de que ha sido justo ahora y se han acumulado por la proximidad de la segunda fase.
Nos retrotraemos un poco al final de la temporada pasada, tu tercera y última en Iraurgi. ¿Cómo recibiste la noticia y cuál fue tu reacción cuando se cortó la liga?
Ha pasado ya un año. Me vine a casa pensando que serían unos días y pronto me di cuenta de que sería largo. Recuerdo la incertidumbre de no saber nada, y que todo se terminó tras unas semanas en las que no teníamos constancia de lo que pasaría.
La temporada iba muy bien, empezamos 8-0, pero es cierto que tuvimos la lesión de nuestro pívot, que se notó bastante. Después realmente entramos en el grupo de arriba tras ganar la Copa y nuestro rendimiento es cierto que empezó a bajar e ir algo peor. A pesar de que incorporamos a un jugador de gran nivel como Fede Van Lacke, nos costó mucho, y eso que nos dio un plus. Creo que se estaba haciendo larga la temporada…
Quiero preguntarte por el proyecto de Iraurgi, que esta temporada nuevamente corrobora su buen estado de salud…
El club tiene una gran cantera, con jugadores en permanente desarrollo que aparecen en el primer equipo constantemente. Además, ‘Zubi’ tiene muy buen ojo con los jugadores americanos y siempre acierta. Para más inri, este año han incorporado a tres chicos de la cantera del Baskonia muy jóvenes pero que lo están haciendo muy bien. Tienen un equipazo que se apoya siempre en la gente de casa…
Ellos están siempre trabajando, planteando diferentes alternativas inmediatas a los problemas que surgen, pero creo que la clave es que tienen jugadores del pueblo, que juegan mucho y aportan aún más.
¿Cómo fue la decisión de volver a casa?
Tuve muchas dudas, pero me decanté por volver a casa porque era consciente de que iba a ser un año muy raro y complicado. Estábamos un poco desinformados y yo prefería estar en casa en los momentos en los que tuviese que confinarme, por ejemplo.
He estado tres años en Azpeitia, y han sido tres años en los que, desde el primer día que llegué, no he tenido ningún problema con nadie y se me ha recibido muy bien.
Y vuelta a vestir la verde, en un roster repleto de bizkainos…
Sí, para mí era importante volver a coincidir con la gente de aquí. Mikel, Joseba, Borja, Jon Aldekoa… son como mis amigos y estoy muy a gusto con ellos. Hay una mezcla de gente con más experiencia y poso en la categoría con gente joven con hambre y ganas de mejorar.
Como cada año, se querían basar en los jugadores del entorno y en la importancia de la gente de aquí y querían contar conmigo para intentar hacerlo lo mejor posible, compitiendo por los puestos de arriba de la clasificación. Venían de un año complejo con muchos partidos perdidos y cambios, y querían intentarlo de esta manera. De momento nos está saliendo. Somos una plantilla quizás algo corta, pero estamos muy contentos. Nos quedan siete partidos complicados con viajes largos pero vamos a intentarlo.
Comenzasteis la temporada plenos de confianza para luego caer en un pequeño bache. Ahora estáis de nuevo al alza. ¿Cómo estáis gestionando esta temporada y cómo ves el nivel de la liga?
Creo que en ese sentido ha mandado el calendario, de alguna manera. Al principio era algo más sencillo y después se complicaba y así lo han reflejado los resultados, ya que los últimos partidos de cada vuelta son contra los equipos más fuertes. Eso hace que, aunque tú estés bien, ellos también puedan estarlo y puedas perder. Empezamos con grandes resultados, luego bajamos un poco y ahora estamos de nuevo al alza.
Creemos que la conferencia nuestra es algo más fuerte, y creemos que los equipo que están abajo en la tabla son algo peores por el incremento del número de equipos que participan este año de la competición. Los equipos de arriba son plantillas muy fuertes y equipazos.
Lo que si es destacable es que todos los días habéis competido por la victoria y os habéis quedado cerca cuando habéis salido derrotados…
Sí que es verdad que hemos tenido un lunar que es el partido de Gijón, que fue un desastre. Pero siempre hemos sido capaces de competir en el resto de partidos, con diferencias inferiores a los diez puntos. Siempre hemos sido capaces de volver y pelear hasta el final en los encuentros en los que el otro equipo nos ha metido diferencia.
Posiblemente la clave pueda ser que sois un gran bloque en el que todos aportáis cuando salís a la pista. ¿Cómo se han acoplado los extranjeros a este bloque tan compacto?
Sí, nuestro equipo se caracteriza porque siempre hay dos o tres jugadores que destacan en cada encuentro, pero no siempre son los mismos. No dependemos de que nadie juegue bien para poder ganar los partidos y si estamos acertados desde el perímetro, con la defensa que planteamos siempre, es probable que compitamos hasta el final por la victoria.
Lo más importante es que todos los componentes del grupo, también los de fuera, son buena gente. Al final, más allá de la calidad, lo que más me importa es cómo son. Los extranjeros son normales, majos y simpáticos y eso hace que el grupo esté más compacto. Además, hablando concretamente de los jugadores extranjeros, son grandes jugadores que nos ayudan mucho porque tienen gran nivel.
Por último, ¿cómo te estás encontrando a nivel personal esta campaña?
Muy bien, realmente siempre me he entendido bien con Mikel, y es el entrenador con el que mejor funciono. Lo que pasa es que echo mucho de menos al público en Larrea. Como todo el mundo sabe, nuestro polideportivo es una cancha muy caliente en la que la gente va a animar. Que nos falte eso… se nota mucho. Ese sonido del bombo es importante para mí personalmente y creo que es un plus también para el equipo y el club.
Antes de terminar te vamos a pedir un último pronóstico. ¿Hasta dónde crees que va a llegar este equipo?
Casi sin darnos cuenta estamos quintos y nos vamos a meter en la fase de arriba. Tengo la sensación de que podemos entrar y hacer las cosas bien en eliminatorias de playoff, y me recuerda a la temporada en la que nos quedamos a las puertas del ascenso a la Leb Oro. Recuerdo ir allí sin ser plenamente conscientes y creo que este año podemos competir muy bien y estar cerca.