Tras pasar por todas las categorías como jugador en el colegio, Javi Díez comenzó a entrenar un junior femenino en su primera experiencia como entrenador. Se enganchó a los banquillos para después pasar a equipos masculinos e ir creciendo e investigando para formarse como técnico. Unos años después, el bilbaíno actualmente lleva las riendas del equipo de 1ª Nacional masculino del Loiola y la dirección técnica del club colegial, así como un cadete masculino. Descubrimos la historia del ‘one club man’ del Loiola Indautxu.
¿Cómo fueron tus inicios en el baloncesto?
Pues yo empecé jugando en Jesuitas Indautxu, que es donde siempre he estado, cuando estaba en primaria. Yo era bastante malo… (risas), pero fueron pasando las categorías y fuimos ascendiendo hasta senior, donde montamos un equipo para matar el gusanillo y continuábamos jugando.
Yo disfruté mucho aquellos años jugando al baloncesto, también porque no sabía nada acerca del rendimiento ni de las categorías de los equipos. Desde el desconocimiento, me lo pasaba bien los fines de semana en cada partido, pero también puedo decir que entrenábamos en la calle, nos mojábamos… todo era diferente. No nos enseñaban mucha técnica individual, pero todo lo que tenía que ver con la testosterona en materia de correr, competir… se nos daba bien. Éramos bastante flojos pero creo que no había tantas diferencias entre los equipos. Yo jugaba de escolta y tenía un perfil defensivo porque era manco… (risas) Lo bueno es que ahora puedo decir que ese equipo con el que fui subiendo de categoría son mi cuadrilla de amigos de la actualidad.
¿Qué entrenadores te vienen a la mente en tu infancia?
Michel Ureta estaba acabando cuando yo empecé en la escuela, y era una figura muy importante en el club. También me acuerdo siempre de tener entrenadores que jugaban en el primer equipo, y que por ello nos quedábamos a ver los partidos de los mayores. Los veíamos como grandísimos jugadores, y a algunos los conservo como amigos.
¿De qué manera llega la primera oportunidad en el banquillo?
Pues lo típico, hay una vacante en el club en un junior femenino y me proponen empezar con ellas… Surgió que Xabi Sainz de Baranda, que por aquel entonces ya era entrenador allí, llevaba un equipo de chicas y el otro, en el que estaba su hermana, se quedó sin entrenador por motivos laborales. Al principio, sin tener mucha idea, haciendo mucha labor social…
¿Qué recuerdos tienes de ese primer año?
Las chicas eran muy majas y teníamos alguna jugadora de bastante nivel. Me acuerdo que al principio lo más difícil de gestionar era la cuestión social, a pesar de que también entrenábamos mucho baloncesto. Se portaron muy bien, y un factor importante fue que estuviese la hermana de Xabi…
Y empiezas a engancharte a los banquillos…
Eso es. Comienzas a investigar, a plantearte qué cosas ves mejor que las otras… Estaba la hija de uno de los directivos en el siguiente cadete que entrené así que teníamos que estar formales, también… (risas). Y entonces es cuando paso al masculino, por aquel entonces bajo el mando de Imanol Adán, que estaba como coordinador. Empezamos a ordenar algunos conceptos, darle más énfasis a la técnica individual… También pasamos por Elite Jove, con gran aprendizaje, y tuvimos suerte de que salieron buenas generaciones con las que pudimos trabajar mejor a nivel formativo, con más técnica individual y 1c1… En uno de esos años, tuve la suerte de entrenar a Jorge Bilbao, que siendo infantil competía en cadete.
A partir de ahí, y con el mantenimiento de esa línea de trabajo, empecé a coger equipos en función de las necesidades del club, pasando por infantiles, cadetes, juniors…
¿Qué puedes decirnos de Jorge Bilbao?
Lo primero es que es un tío estupendo. Muy trabajador desde siempre, ha cambiado mucho físicamente porque por aquel entonces era redondito… Hemos tenido nuestras broncas, lógicamente, pero ha mejorado inmensamente como jugador. Estamos tremendamente agradecidos a él también porque aún a día de hoy siempre está dispuesto a echar una mano con las iniciativas del club y visitarnos. El ejemplo es que todo Cáceres debía tener una pulsera de las que vendíamos para nuestro torneo solidario de este año para recaudar dinero para Aspanovas… Siempre que necesitamos algo, ahí está.
Bajo mi punto de vista era un jugador técnicamente mejor de lo que parece. Empezó jugando por fuera y luego le alternamos con posiciones interiores. Tenía muchas ganas y mucha intensidad, y lo que se ve ahora es como era de pequeño pero con mucho trabajo detrás. Le gustaba ganar, y hacía lo que fuese sin preocuparse por sí mismo. Estamos muy contentos por él, y este año está demostrando de lo que es capaz.
Llega un momento que eres tú el que coge la dirección deportiva, relevando a Xabi Sainz de Baranda…
Lo que hay que tener claro es que nunca puedes hacer todo lo que quieres. El club es inmenso, tenemos 32 equipos y el primer desafío es encontrar entrenadores para todos los equipos. Muchos de los técnicos son lógicamente novatos, y lo primero que queríamos hacer es darles herramientas para que ellos pudiesen formarse y seguir una línea. En ese sentido, les preparamos a los entrenadores en la web del club un apartado para ellos en el que tienen tablas que pueden consultar de cada edad, ejercicios y todo tipo de material. Poco a poco creo que vamos consiguiendo avances. Nuestra idea es que lo más importante es la formación del jugador, aprendiendo a competir desde el respeto y formándose técnicamente. La ventaja en ese sentido es que tenemos diferentes equipos en cada edad y podemos distribuir a los jugadores según sus cualidades e intereses.
Al ser un colegio, lo cierto es que también dependemos de generaciones a pesar de que acogemos jugadores de fuera. El descenso de natalidad afecta, pero como en todo colegio las generaciones determinan el trabajo y el nivel de los jugadores. El ejemplo es que nosotros, entre el infantil, cadete y el junior, hay una circulación constante de jugadores para que el jugador se forme y crezca.
Y como punta de lanza de todos esos equipos están los dos seniors actuales en 1ª Nacional…
Entendemos esos equipos como una consecuencia de la labor previa. Hay algunos años en los que hay más jugadores de casa y otros menos, pero también tenemos a los jugadores que llegan de la Universidad de Deusto por el convenio que tenemos con ellos. Nos congratulamos de que últimamente hemos sido competitivos todos los años, haciendo Finales a 4 tanto las chicas como los chicos en las últimas campañas.
¿Cómo es la plantilla y el equipo de este año en el equipo del 1ª Nacional masculino?
Los veranos son siempre complicados porque hay muchos cambios, a pesar de que tenemos mucho volumen de jugadores de casa que nos ayudan. Por ejemplo, este año tenemos un senior regional con jugadores de mucho nivel que nos ayudan cuando lo necesitamos. Este año desde el principio nos han salido bastante bien las cosas, y hemos estado arriba desde la primera jornada. Ahora en enero hemos perdido un par de partidos seguidos y hemos sufrido un poco, pero ya lo hemos reconducido.
En cuanto a la plantilla, se trata de un bloque joven y con poca experiencia. La ventaja es que trabajan como animales, pero por otra parte hay momentos en los partidos en los que cuesta por cuestión de experiencia. Hay jugadores con talento, que llevan varios años ya con nosotros, y tenemos un equipo bastante grande. En materia de objetivos, nosotros queríamos competir al máximo de nuestras posibilidades, y teníamos dudas por todos los cambios que había habido en la plantilla. El objetivo a día de hoy creo que es real y accesible, y es meternos en la Final a 4. Pero realmente no tenemos presión, y queremos llegar hasta donde nos dé.
Al mando del equipo, precisamente, has vivido ya varias Finales a 4…
Por fortuna, hemos podido disputar cuatro en los últimos seis años. En todas ellas hemos caído en semifinales, y en ninguna hemos salido contentos de cómo hemos jugado. Puede ser por inexperiencia del cuerpo técnico, de los jugadores, o porque los gipuzkoanos las saben jugar mejor… Son partidos muy distintos a la liga, mucho más cerrados y el que llega en mejor estado de forma y compite mejor se lleva el gato al agua. Es particular la F4, pero si nos gustaría llegar y competir este año, porque es un hecho que no hemos sabido competir otros años…
Parece que se trata de una 1ª Nacional cuyo nivel ha aumentado sustancialmente.
La liga está muy bien. Este fin de semana hemos jugado contra el colista, que tiene a Jon Ander Apaolaza, un gran jugador. Logrobasket tiene cuatro grandísimos jugadores con trayectorias dilatadas, está en Tolosa Lander Lasa, los de Askatuak, Joseba Iglesias en Getxo… Lleva muy bien bastantes años, a pesar de que yo creo que hubo un bajón hace unos años. Últimamente la liga es muy competitiva y te pueden sorprender en cualquier partido, con equipos mejores tácticamente…