(FOTO: ACB Photo/V. Salgado)
[box]Magnífico 2016 para el árbitro bizkaino Juan Carlos García. Presencia en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, incluida final olímpica y al filo de terminar el año el de Basauri dirige su encuentro número 600 en ACB, nada menos el FC Barcelona-Valencia Basket. Zorionak JC! A continuación las declaraciones y reportaje publicado por ACB.com[/box]
«Seguimos creciendo y con la misma motivación«. Juan Carlos García González mantiene intacta su ilusión como juez de la Liga Endesa. Tras 18 años de plena dedicación, el vasco dirigirá su partido 600 en el transcurso del FC Barcelona Lassa – Valencia Basket.
Apenas hace dos años de su anterior efeméride (500 encuentros) y su percepción del tiempo transcurrido es fugaz: «Cuando estás en la dinámica del día a día, se te pasa todo muy rápido, sobre todo cuando estás disfrutando, con ilusión y te diviertes con tu trabajo y lo que le rodea. No tengo la sensación de que hayan transcurrido 18 años desde que mi debut. Va todo muy rápido y eso es muy bueno«.
Además, mantiene ciertas costumbres antes de un partido que le ayudan a controlar las sensaciones: «Llevo mis pulseras, sigo igual con la bolsa, beso mi anillo de casado para recordar a mi familia…»
Sin embargo, sí hay cosas que han cambiado para García González: «Ahora tengo mucha más madurez a la hora de afrontar las cosas. Tengo otra perspectiva de la Liga, de cómo evoluciona (la capacidad de los jugadores, la propia competición, los pabellones,…) y de cuál es tu papel. Cuando entras eres un ‘rookie’, pero he acumulado el poso que te da la experiencia en tu arbitraje. Lo ves todo con otro enfoque«.
También esa veteranía se percibe a la hora de relacionarse con los jugadores, especialmente con los que llevan más temporadas: «Ellos te conocen también, tienes que pasar partidos y que sepan cómo eres en la cancha. Después de 18 años y con el bagaje en la liga, afortunadamente estoy en Finales y en la Copa, y eso la gente lo tiene en cuenta. Nunca ha habido faltas de respeto, pero ahora, al conocerte más y convivir tanto, el trato es más natural y cercano«.
Su extensa trayectoria en la elite tuvo un momento álgido en agosto. Juan Carlos García González cumplió uno de sus sueños como deportista: pitar una final olímpica: «Más no se puede pedir. La final de Rio, los 600 partidos… Está siendo un año redondo«, confiesa el bilbaíno. «El torneo fue muy bien. Muy especial. Un momento con muchas emociones. Se te pasan a la cabeza muchas cosas. Todo lo que rodea. Los jueces no convivíamos con los atletas, pero sí disfruté del día a día en el parque olímpico. Pude ver balonmano y tenis, viví el interior de unos Juegos Olímpicos. Como deportista, fui muy feliz«, describe el árbitro.
Más allá de su faceta pública como árbitro, Juan Carlos García González se ha volcado en las últimas fechas con la asociación Diabetes Cero Vizcaya, con la que emprendió una llamativa acción en el bilbaíno Puente de La Salve. Lo cuenta él mismo: «Mi hija Aroa tiene esta disfunción y me impliqué para ayudar. La acción en La Salve consistió en subir las escaleras del puente hasta sumar la altitud del Everest, además de que la gente conociese nuestra función. Se sumaron casi 1000 personas en la causa, que consiste en recaudar fondos para la investigación de la diabetes. Haremos próximamente más eventos«.
Por último, y con el 2017 a punto de comenzar, García González pide «seguir disfrutando del baloncesto; que la liga siga creciendo, y nosotros con ella«.