[box]Uno de los techos del baloncesto femenino bizkaino lleva varios años trabajando para consolidarse como jugadora importante. No es fácil porque no es sencillo para ningún jugador y menos para los más grandes. La evolución de los pívots con muchos centímetros suele ser más lenta, y sin duda este es el caso de Leire Benito. Pese a todo, hace un par de jornadas pudo debutar en LF2, todo un sueño cumplido, pero la pívot bilbaína no quiere que se quede en una anécdota.[/box]
El pasado 3 de diciembre Leire Benito del Valle viajaba a Valladolid para debutar con el GDKO Ibaizabal en LF2. Contenta por la convocatoria, desconocía que jugaría y vaya si lo hizo. La pívot aportó 7 puntos y 4 rebotes en la victoria de su equipo ante el Ponce de Valladolid (42-60). “Estoy muy contenta por haber debutado, no esperaba jugar este año en LF2 porque el nivel es muy alto”, comentaba la pívot bizkaina. Pero la jugadora interior está en la órbita del equipo que dirige Estitxu Ibarretxe desde principio de temporada, es más, hizo la pretemporada con el primer equipo y la entrenadora explica que “es una jugadora en progresión, está trabajando bien y cada vez está aprendiendo a hacer más cosas”. Precisamente Benito del Valle explica que “este año me están enseñando a jugar más veces de cara al aro porque yo estoy muy acostumbrada a hacerlo de espaldas”.
Lamentablemente, poco después del debut, la semana pasada Leire se lesionó. Una rotura de fibras la aleja momentáneamente de las canchas. Y es que las lesiones han sido uno de los caballos de batalla de esta jugadora. No le han permitido tener una continuidad en categorías inferiores, incluso cuando estuvo en la órbita de selecciones españolas en infantil y cadete.
Ahora, con ficha en el equipo de Primera Nacional del Ibaizabal, el objetivo es “seguir aprendiendo y trabajar para tener oportunidades en el LF2”, pero siendo consciente que le queda mucho camino hasta llegar a ser una jugadora fija de la división de plata del baloncesto estatal.
Tras formarse en el CB Getxo, pasar por Loiola Indautxu y Oribeltza, su casa es ahora la de Ibaizabal, donde confía en seguir creciendo como jugadora.