(FOTOS: ACB Photo/ Estela/ Federación Cántabra de Baloncesto y FViB)
A Rafa Pueyo lo conocimos de la mano de Txus Vidorreta en aquel Bilbao Basket que nos hizo soñar durante más de una década y que logró ascender de LEB 2 a ACB de una forma mágica. Tras la salida de Vidorreta, Pueyo siguió en el cuerpo técnico de Fotis Katsikaris para sellar logros impensables unos años antes como una final ACB y una estelar participación en la Euroliga en la que todo un CSKA Moscú tuvo que sufrir en Miribilla para acceder a semifinales. Tras hacerse con la batuta del primer equipo de Bilbao la mala suerte se cebó con él en su primera temporada: graves problemas de índole económica hicieron que lo deportivo quedase en un segundo plano. Su salida de Bilbao Basket llega de una forma un tanto amarga pero Pueyo se mantiene ligado al baloncesto vizcaíno de una u otra forma. En la actualidad es el entrenador jefe del CD Estela de Santander que comanda el grupo A-A de la liga EBA con 13 victorias y cero derrotas. Además, ofrece sesiones de tecnificación en La Salle los domingos por la mañana y sigue con pasión a los jugadores que conformaron la selección de Bizkaia cadete que dirigió hasta el campeonato de Euskadi.
¿Cómo ha acabado entrenando en Cantabria?
El año pasado empecé a dar clases en una universidad privada de Santander llamada Universidad Europea del Atlántico. Tienen el grado de Educación Física y yo me encargo de impartir la asignatura de baloncesto. Cuando se enteraron de que yo estaba trabajando por aquí me propusieron entrenar en liga EBA y como este año sigo por aquí me pareció una buena idea.
El Igualatorio Cantabria Estela lleva 13 victorias sin derrota. Más de 100 puntos por partido de media. Un entrenador no puede perder la perspectiva sobre su objetivo final pero, ¿cuál es el secreto para que esto esté pasando?
Primero que evidentemente tenemos una buena plantilla. Milagros no se pueden pedir y la calidad de la plantilla es incuestionable. Aparte estamos entrenando muy bien y trabajando muy serios. Pese a que es una categoría amateur he intentado trabajar de la forma más profesional posible. De esta forma, somos de los pocos equipos que hacemos sesiones de mañana y tarde. Obviamente no con todos los jugadores porque algunos tienen sus trabajos y sus estudios. Es importante porque al final el trabajo también se ve reflejado en la pista.
¿Una media de puntos por partido tan alta es una apuesta por el baloncesto ofensivo o una consecuencia directa de la calidad de la plantilla?
En general tenemos jugadores de mucha calidad pero además el juego del equipo y los sistemas consiguen sacar ese rendimiento y esas buenas opciones para cada jugador. Tratamos también de ser buenos atrás pero el ritmo que imprimimos a los partidos provoca que anotemos con facilidad. No especulamos ni jugamos posesiones largas salvo que el equipo contrario nos obligue a ello.
¿El objetivo deportivo es subir?
El objetivo, al principio de temporada, desde luego no era subir. Nuestra intención era mejorar la campaña pasada que ya fue buena. El CD Estela quedó tercero empatado con el segundo. A día de hoy este objetivo lo estamos consiguiendo y evidentemente cuando tu situación es la que es tus objetivos cambian y empiezas a mirar hacia arriba. Así que ahora mismo nuestra meta es mantener la primera posición que ocupamos para acceder a la fase de ascenso. Pero el ascenso es muy complicado. En la liga EBA hay más de 90 equipos y solo suben cuatro. Nuestra intención es ser primeros del grupo A-A para jugarnos el primer puesto del grupo A con el primer clasificado del grupo A-B y poder acceder así a organizar la fase de ascenso, que ya sería un éxito de temporada.
En su plantilla hay dos vizcaínos y un vizcaíno de adopción.
Sí, tengo a Jon Peña y Miguel Ángel Blanco que serían los bizkainos puros y luego tengo a Tomas Hampl que sería el de adopción. Los tres son titulares. Miguel ahora mismo está lesionado pero para nosotros es muy importante, es un baluarte ofensivo y es un gran tirador. Es uno de los mejores anotadores de la historia de la liga EBA. Jon Peña es una apuesta. Un jugador de 19 años que realmente no ha jugado minutos de calidad a este nivel. El año pasado estuvo en Zornotza pero no tuvo demasiados minutos en cancha. Y Tomas Hampl es un jugador desde mi punto de vista de categoría superior a la que estamos y que evidentemente marca la diferencia.
¿Cómo es Tomas Hampl como jugador ahora que su paso por el Bilbao Basket queda algo lejano?
Tiene 28 años y ha cambiado físicamente. Está mucho más fuerte de lo que estaba en Bilbao, algo lógico que viene con los años y con el trabajo que ha hecho. Conoce mucho mejor el juego. Estamos hablando de un jugador que ha conseguido un ascenso a ACB con Andorra, ha ganado una Copa Príncipe de Asturias con Palencia y que evidentemente en la liga EBA domina y es muy importante para nosotros tanto por su calidad como por su actitud. Es consciente de que podría estar jugando más arriba y de hecho ha tenido ofertas pero está muy contento con su rol en Santander y ha decidido quedarse con nosotros.
Esta es su primera temporada en liga EBA.
Sí, con Askartza jugamos una fase de ascenso a EBA pero no lo conseguimos. De todos modos creo que todavía no existía LEB 2 o LEB Plata como las conocemos ahora y que la EBA era todavía más potente de lo que es ahora.
Habiendo sido entrenador de ACB y de EBA ¿Cuáles son las principales diferencias entre ambas competiciones?
Hay muchas diferencias. Desde económicas, ya que no se pueden comparar los presupuestos, hasta estructurales ya que en la ACB hay tres árbitros y en la EBA solo dos. Físicamente los jugadores tienen otro perfil. Al final es una categoría semi amateur y los jugadores entrenan en las horas que pueden y que les permiten sus trabajos y sus estudios. No hay una dedicación exclusiva como existe en una liga profesional.
¿Cómo recuerda su experiencia como entrenador ACB en Bilbao Basket? ¿Se queda con las cosas buenas? ¿Con las malas? ¿O considera que la experiencia es global y que tiene que entender ambas, las malas y las buenas?
Intento recordar todo. Lo bueno y lo malo. Pero es cierto que hubo muchas más cosas buenas que malas. Por ejemplo, conseguir el ascenso a LEB Plata y a LEB Oro, que parece que hay gente que se ha olvidado de ello y que en cierto modo es la semilla de todo lo que vino detrás. Jugar la final de la liga ACB y de la Eurocup o unos cuartos de final de Euroliga contra el CSKA de Moscú también fue inolvidable, claro. Todo fue muy bonito pero también a costa de gastar más de lo que se podía y eso hizo que mi temporada como primer entrenador fuese muy dura, con un plante de los jugadores convocando la huelga entre otras cosas y que evidentemente hiciera que lo deportivo pasase a un segundo plano. Pero bueno, eso fue una temporada y yo estuve 12 o 13 en el Bilbao Basket así que me quedo más con las cosas positivas aunque las negativas tuviesen consecuencias muy duras ya que después de 12 años creo que no se reconoció mi trabajo y acabé fuera del club.
¿Cuáles son las diferencias entre el baloncesto en Cantabria y el baloncesto en Bizkaia?
Estoy muy centrado en la liga EBA y no me he parado demasiado a analizar cómo funcionan en otras categorías aquí en Cantabria. Sí es verdad que aquí existe una institución que son las escuelas municipales que me llama mucho la atención y que en Bizkaia no existe. En Bizkaia cada club gestiona su colegio y sus equipos y aquí la escuela municipal abarca o acapara la mayoría de jugadores de cada pueblo o ciudad. Es un tanto extraño para mí. A nivel de juego no noto demasiadas diferencias. Sé que todos los partidos se juegan a cubierto.
Sigue relacionado con el baloncesto de Bizkaia.
El año pasado fui seleccionador cadete de Bizkaia y quedamos campeones de Euskadi. Mantengo una buena relación con Germán Monge, Jesús Ituiño e Iñaki Camarero. Además, los domingos a la mañana hago unas tecnificaciones en el colegio de La Salle para niños y niñas. Así que mantengo ese contacto además de que soy profesor de los cursos que organiza la Federación Bizkaina de primer y segundo nivel de entrenadores.
¿Cómo fue su experiencia con la selección cadete de Bizkaia?
Muy bonita. Fue un año en el que estaba sin entrenar a ningún equipo. Me sirvió primero para matar el gusanillo y segundo para conocer un poco la base que había en Bizkaia. Me lo pasé muy bien con los chavales. Creo que tenemos una buena cantera en Bizkaia. Son chavales muy nobles y muy disciplinados. Creo que fue algo bonito tanto para los jugadores como para el cuerpo técnico y actualmente les sigo. Miro los resultados que hacen con sus equipos y con las selecciones.
¿Y qué nos puede contar del grupo de tecnificación de la matinal de los domingos?
Hay tres niños y una niña que ahora están en las selecciones de Bizkaia de mini. Los tres niños están también en la preselección de Euskadi. Es una experiencia muy gratificante porque a estas tecnificaciones vienen niños que están realmente interesados en asistir porque aman el baloncesto, quieren mejorar y no les obliga nadie. Vienen con una sonrisa en la boca y con ganas de divertirse y de hacer una hora y media de baloncesto a tope sin que exista una urgencia por el resultado. El feedback que recibo indica que están muy satisfechos y esto es algo que a mí también me satisface mucho.
¿Cuáles son sus aspiraciones como entrenador?
La carrera de entrenador profesional es muy compleja. Tienen que darse muchas circunstancias para que te vaya bien, para triunfar. Por mi parte me estoy marcando objetivos a corto plazo y de hecho estoy muy centrado en que Igualatorio Cantabria Estela mantenga la racha de victorias que llevamos e intentar llegar a organizar la fase de ascenso aquí en Santander para ver si somos capaces de traer mucha gente a nuestro pabellón y de mostrar una semilla que puede llegar a dar sus frutos. Si eso indirectamente me lleva a tener otras ofertas u otras posibilidades profesionales pues encantado. Pero ahora mismo estoy muy centrado en mi equipo de liga EBA, en mis tecnificaciones y en mis campus de tecnificación.