[box]Las consecuencias que la pandemia COVID-19 ha acarreado en el ámbito deportivo son, como en otras muchas áreas, también innumerables. Una de ellas la encarna la situación de empresas y asociaciones sin ánimo de lucro deportivas, cuya actividad ha cesado de manera total, al igual que ha sucedido en la mayoría de clubs deportivos bizkainos. Al frente de dos de ellas se encuentran Xabi Zabala (Bizkir, asociación sin ánimo de lucro) y Eneko Goitia (Kiroletan Sport, empresa deportiva), ambos entrenadores de baloncesto conocidos en el baloncesto bizkaino que viven la situación desde la perspectiva empresarial-organizativa, por un lado, y desde la emocional, por el otro, afectada por sus corazones de entrenadores.[/box]
“De treinta centros que gestionábamos el pasado año, llegamos a comenzar únicamente con cuatro”, admite Goitia, secundado en ese sentido por Zabala, que cuenta que el año pasado manejaban “alrededor de 300 personas” mientras que esta temporada solo reanudaron la actividad durante una semana con doce personas. Y es que la situación, como ellos mismos relatan, es “un drama” para todos los agentes que intervienen. “Todos hicimos una gran inversión en material preventivo, así como lo hicieron los clubes, pero es evidente que para las instituciones el deporte no es prioritario”, cuenta resignado el gestor de Bizkir.
En las últimas semanas se han publicado diversos estudios que relatan la falta de motivación e ilusión que será recurrente entre los participantes de las actividades deportivas. Son ellos, los protagonistas de sus propios sueños, los que más están sufriendo esta situación de parón. “A nivel de rendimiento creo que van a quedar varias generaciones marcadas por este cese de su desarrollo. Yo tuve la suerte de tener cerca a Darío Brizuela y Mikel Motos, dos jugadores que actualmente compiten en ligas profesionales, y no creo que habrían llegado con un parón de estas características porque es probable que no hubiesen podido participar de selecciones que han sido trampolín para ellos”, cuenta Zabala, ex seleccionador de Euskadi. Goitia, sin embargo, nos aporta su sensación en el contacto con los niños: “Creo que tienen más ganas que nunca, sobre todo de retomar la actividad de una manera convencional. Ellos me decían, en los pocos días que he podido trabajar con ellos esta temporada, que el baloncesto les servía para salir de la rutina que llevaban”. Una prueba que no hace sino refrendar la trascendencia del deporte en el equilibrio emocional y en la gestión de las relaciones sociales de los más pequeños.
Ambos definen el parón como “un fuerte golpe personal y profesional”, y realzan la figura del monitor deportivo, otro de los pilares que aporta valor añadido a sus organizaciones. “Gran parte de los entrenadores, con formación y experiencia en la educación deportiva, ha tenido que buscarse la vida en otras áreas distintas, e igual es complicado que estos educadores deportivos vuelvan después”, afirma Zabala. Kiroletan Sport ha podido mantener a quince trabajadores, un número escaso en comparación con las casi setenta personas a las que han llegado a dar trabajo. “Dentro del grupo de trabajadores tenemos muchos perfiles: desde aquellos que lo utilizan como un complemento hasta los que lo tienen como única fuente de ingresos. Nosotros hemos tratado de mantener y dar continuidad a quince personas para que puedan salir adelante”, detalla Goitia. Zabala destaca que la sociedad no puede olvidar que se trata de “gente que dedica tiempo a educar deportivamente a niños cediendo tiempo de su vida personal, familiar y estudiantil”, con su consiguiente importancia.
Se acercan fechas navideñas, y con ellas el atisbo de una reactivación del deporte previa a las fiestas. Pero ni Zabala ni Goitia ven procedente la reanudación antes de enero en el caso del deporte escolar y federado. “Creemos que la decisión puede deberse a la conciliación familiar en concepto de campus y otras actividades, pero a nivel deportivo preferiríamos que se arrancase en enero y poder darle continuidad durante unos meses hasta el verano”, señala Zabala en coincidencia con Goitia. También es momento para emplear las habilidades de redacción en la confección de la tradicional carta al Olentzero y, en este sentido, ambos exteriorizan un deseo común. “Firmo que el año que viene podamos hacer una pretemporada como es debido”, dice Zabala, a lo que se suma Goitia con el propósito de recuperar la más absoluta normalidad lo antes posible, ya que la vacuna supone una esperanza para ambos en mitad de una pesadilla de la que la sociedad comienza, poco a poco, a despertarse. “Ojalá nos quedemos con lo bueno, con las relaciones que hemos recuperado y con poder ver a nuestros seres queridos”, remata Zabala.