Cuatro selecciones, 3 títulos de Euskadi y Nafarroa, un subcampeonato, pleno de finales. El balance ha sido magnífico para Bizkaia pero hablamos con los cuatro seleccionadores para saber con qué sensaciones se han quedado de esta nueva experiencia.
Aitor Leizea: “Me quedo con el gran grupo humano que han formado las jugadoras”
La selección cadete femenina logró alzarse con el campeonato tras salir vencedora de una vibrante final en Balmaseda ante Gipuzkoa por 54-50
¿Cuáles son las características de la generación 2004?
Se trata de un equipo cuyo grueso está junto desde hace casi un lustro. Ha habido alguna pequeña novedad porque algunas jugadoras importantes se han marchado a Estados Unidos a estudiar, y por eso hemos cambiado algo el estilo de juego. Para nosotros era básico jugar colectivo y no temíamos al juego de posesiones largas y en estático, pero sin renunciar a correr.
¿Cómo planteasteis la semifinal?
Sabíamos que esta vez la semifinal se resolvería de manera muy ajustada. Araba llevaba 9 jugadoras del mismo equipo, Araski, y eso hacía que la cohesión en el equipo fuese mucho mayor. Era clave defender a Ane Valle y lo hicimos bastante bien, sumado eso a la aportación ofensiva de Irune y Naia, que nos ayudaron mucho en ataque. Preparamos los dos partidos igual con algún as en la manga escondido por si acaso, pero sin hacer nada especial. Incidíamos en buscar el balón interior, que era nuestra mayor ventaja.
En la final fue clave el parcial de 10-0 de entrada en el último cuarto…
Realmente teníamos el comodín guardado y, como siempre, este tipo de alternativas pueden salir mal o bien. Pero el equipo era consciente de que nos reservábamos algo y nosotros estábamos centrados en que no nos jugasen en superioridad y no tuviesen importantes ventajas. Dicho sea de paso, creo que es el año que más pérdidas hemos tenido debido a los nervios de las jugadoras. No obstante, apostamos por esa zona 2-3 en los primeros minutos del último cuarto y, además, el equipo anotó y se vino arriba, cogiendo mucha confianza. Habíamos trabajado mucho el momento del cambio y luego todo vino rodado. Logramos frenar el lanzamiento exterior de Gipuzkoa, que era importante.
Aitor, has comunicado que no continuarás al frente de selecciones y cierras un ciclo.
Ciertamente tenía ganas… Yo he tenido dos ciclos. Empecé con la junior femenina e hice tres años cuando Iñaki Camarero me dio la oportunidad, y después de terminar ese ciclo Jesús Ituiño decidió que continuase, en este caso, con la infantil femenina. Creo que era el momento de darle finiquito al ciclo a pesar de que mis ganas no han cesado. Antes de nada, quiero agradecer a mi cuerpo técnico el gran trabajo realizado y recomiendo a todo el mundo que se rodee bien. Me quedo de estos años con el gran grupo humano que se ha formado, integrando a todas las jugadoras. Han sido un verdadero equipo.
Jose Núñez: “Sabíamos que había que ganar desde atrás y nos hemos centrado en ello”
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¿Qué aspectos del juego habéis trabajado más en la preparación?
Sabíamos que estos campeonatos hay que tratar de ganarlos desde atrás y el trabajo defensivo ha sido de un volumen grande desde junio. Es evidente que el trabajo no es tan divertido como cuando trabajas para generar, pero hay que agradecerles el esfuerzo a los jugadores. Incluso el viernes realizamos una sesión dura centrada en la defensa cuando ellos se podían esperar una sesión de tiro… (risas)
¿Qué esperabais de la semifinal?
En verdad, nosotros sabíamos que nuestro equipo era ostensiblemente superior al alavés, fundamentalmente en el plano físico. Por ello, nos planteamos el primer partido como un banco de pruebas en el que atar algún aspecto que nos faltaba por cerrar en variantes tácticas que luego queríamos poner en práctica en la final. La semifinal, podríamos decir, cumplió los objetivos esperados.
¿Cuál fue la clave de la final?
Yo creo que la clave fue la fortaleza defensiva y física que logramos mostrar durante la práctica entereza del encuentro. Gipuzkoa también se guardó a su jugador más determinante, Beñat Etxeberria, y no mostró nada en la semifinal para luego hacernos daño en la final. Se trató de un choque vibrante sin dominador claro, pero creo que nosotros sí fuimos algo mejores colectivamente. Hicimos todo lo posible por parar a Beñat y creo que más o menos pudimos controlarle, dentro de que fuimos por delante casi todo el encuentro. En mi opinión, llegamos a los últimos minutos más enteros que ellos y tomamos mejores decisiones ofensivas, teniendo fortuna también en los riesgos que tomamos en defensa. Kepa de Castro metió un triple que cerró el encuentro.
2 años y 2 victorias…
Comenté al final del partido que para todos era un premio. Creo que la presión, como la entendemos en un partido de liga, no existe aunque haya una gran competitividad. Todos los jugadores se conocen entre sí y llevan años juntos, y tiene un componente de relación personal por lo que yo veo que se llevan más alegría. Me alegro infinitamente por los jugadores. A nivel personal, mata el gusanillo de dirigir algún equipo, vista la situación en la que estoy ahora como ayudante en Zornotza. Mi idea sería seguir porque creo que es un premio para cualquier entrenador. Otra de las razones es que hemos conformado un gran cuerpo técnico que tiene una relación excepcional con los jugadores.
Iván Gil: “Estoy muy satisfecho del trabajo realizado”
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¿Qué esperabais del campeonato y cómo era la generación a trabajar?
Esta generación se caracterizaba por tener mucho talento. Y lo tiene a nivel técnico-táctico y físico, es muy completa. Se trata de un conjunto que, a pesar de ser edad infantil, sabe competir y está acostumbrado a disputar este tipo de encuentros además manteniendo el bloque de jugadoras. Para nosotros era vital saber afrontar los momentos complicados que hubiese en el encuentro y creo que lo hemos hecho. A nivel de estilo, el objetivo nuestro era que tomasen decisiones a gran velocidad a pesar de que existiese un gran número de pérdidas.
Vuestra semifinal fue rápidamente decantada…
Nuestro deseo era poder salir muy duras e intensas atrás en los primeros minutos del encuentro para disipar los nervios. Nos costó un poco entrar en partido a pesar del parcial positivo, pero creo que llevamos a cabo nuestra marca; generar agresividad para robar balones, poder correr, estar activas… Creíamos además que, por el criterio arbitral de los últimos años, esta idea nos iba a beneficiar. Al final pudimos dar minutos a todas las jugadoras en rotaciones cortas.
En la final también fuisteis contundentes.
Conocíamos el bloque de la selección gipuzkoana y en particular a Nora Pérez, una jugadora que ya fue muy importante el pasado campeonato siendo de primer año. Las azules contaban con 4-5 jugadoras de máximo nivel, y eso nos obligó a trampear en alguna ocasión jugando con más jugadoras exteriores de lo normal para contrarrestar su ofensiva. Nos costó entrar porque ellas estuvieron bien en el inicio corriendo bien, pero luego fuimos capaces de apretar líneas de pase y hacer puntos fáciles que encaminaron el resultado.
¿Qué balance haces de los 3 años?
Para mí han sido tres grandes experiencias, pero también te digo que pasan los años y nadie se acuerda de qué hizo cada selección y de si se ganó o no. Hay que quedarse con el camino, y ese proceso lo facilitan enormemente las personas que nos acompañan día tras día en los entrenamientos. Los compañeros con los que he realizado el camino me lo han hecho más fácil y quiero aprovechar el momento para agradecerles su trabajo.
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La selección infantil masculina cosechó el subcampeonato territorial tras caer en la final por 75-73 ante Gipuzkoa con opciones hasta el último instante
¿Cómo afrontaba la infantil masculina la semifinal ante Araba?
Lo que pretendíamos nosotros era hacer que todo el mundo se sintiese parte del grupo y que disfrutase de la experiencia. Teníamos claro que nuestro fuerte era el equipo, y que teníamos que ser capaces de jugar colectivamente para poder competir. Queríamos empezar bien para que no nos pasasen factura los nervios, y lo hicimos con un parcial de 27-12 que encarriló el partido. Estoy muy contento del encuentro que disputamos el viernes.
¿Cuál era la manera de mirar a la final ante Gipuzkoa?
Como referencia, teníamos el dato de que en el enfrentamiento entre estas dos generaciones, Bizkaia no pudo competir en mini hace dos años. Además, contábamos con varios jugadores nuevos en selección. Antes de salir al partido lo que tratamos de transmitir era que disfrutasen de la experiencia con una sonrisa y el equipo entró bien y se puso arriba. A partir de ahí fuimos gestionando las defensas de los jugadores más físicos y ellos lograron ponerse arriba. Nosotros estábamos muy bien, dando una gran sensación de grupo. Seguimos peleando y nos llegó la oportunidad, pero en el cara o cruz se la llevó Bizkaia. Para mí, fue una de las mejores finales de los últimos años y una experiencia inolvidable, a pesar de no salir campeones.
¿Te quedas satisfecho con el trabajo y el Campeonato?
Totalmente sí. Nos quedamos con el esfuerzo de los chavales en el campeonato y con la experiencia enriquecedora que fue jugar en Llodio delante de más de 400 personas. Sinceramente, estoy encantado con el resultado y con el trabajo realizado en estos meses.
A nivel personal… ¿cómo lo valoras?
Verdaderamente en verano no me motivaba ningún grupo para entrenar, pero el reto me sedujo y lo acepté. Para mí el premio es que varios de nuestros jugadores hayan crecido y entrado en la preselección autonómica. Ha merecido muchísimo la pena.