[box]Sumar desde las raíces. Pocas cosas hay más gratificantes que eso. Y Marie Claire Tondja lo ha hecho. No es conocida ni reconocida por el gran público, pero los pequeños gestos son tan importantes como los que hacen aquellos que llenan grandes titulares. Os contamos la historia de Tondja.[/box]
Marie Claire es camerunesa, vino a Bilbao hace 13 años, el baloncesto le era un poco ajeno, en su país jugaba al fútbol pero animada por sus hermanos, por eso de la altura, enseguida se enganchó al basket en sus dos primeros años en Madrid. A partir de ahí Tondja se acercó al mundo de la canasta. En Fuenlabrada encontró su sitio en un equipo pero cuando vino a Bilbao, no tenía equipo. Ella iba al frontón de Barakaldo todos los días a practicar y un día le vio Alberto Cea: «Él me preguntó que qué hacía allí todos los días jugando sóla, yo le dije que soy una apasionada del baloncesto y empecé a colaborar en alguno de sus equipos».
El salto a ejercer de entrenadora llegó cuando Marie Claire vio que sus hijas empezaban a jugar a basket. «Empecé como voluntaria en Paules durante 3-4 años». En su faceta de reportera en un canal de youtube coincidió entrevistando a Koldo Mendia y su inquietud para formarse encontró la forma de aplacarse. Acudió a las clases de los cursos oficiales de entrenador como oyente y a partir de ahí colaboró primero con el BSK Basauri, después en Ibaizabal y este año en Oribeltza.
Pero la pasión de Tondja por el baloncesto le lleva a explorar otros ámbitos: «Soy Eskola Laguntzaile y ahora estoy realizando el curso de árbitro federado. A mi me encanta todo lo relacionado con este deporte».
El baloncesto también ha sido una herramienta para ayudar a los demás. Este verano Marie Claire tenía programado visitar Camerún, su país natal y en colaboración con la Fundación BizkaiaBasket ejerció labores de embajadora de nuestro baloncesto vizcaíno haciendo llegar gran cantidad de material deportivo facilitado por la Fundación Bizkaiabasket/Fundazioa, que fue repartido entre los niños de dos Colegios Públicos de la capital camerunesa, Yaundé. Además, Tondja se encargó de iniciar y crear la necesaria estructura a fin de dar continuidad a la formación de entrenadores y futuros equipos. Sobre esta iniciativa, la camerunesa afincada en Barakaldo asegura que «me recibieron con los brazos abiertos. Este proyecto lo tenía desde hace tiempo en la cabeza y lo han acogido muy bien. En mí país la gente es muy deportista, pero falta medios, y ésta ha sido una pequeña ayuda».