75 años de historia y de vivencias dan para mucho. Y si no, que se lo digan a una entidad histórica como Patronato Maristas, que celebra su cumpleaños en mitad de la recuperación post-pandemia. Aprovechamos la coyuntura para charlar con Jesús Ituiño, director deportivo del club asentado en Iturribide, que nos señala la importancia precisamente de su ubicación y de disponer de una sede social que ahora trabajan para reestructurar. Además, remarca el espíritu de club que siempre ha consistido en colaborar más allá de intereses propios, trabajando por y para el crecimiento del baloncesto en Bizkaia y participando de la creación de los principales proyectos regionales. En esta entrevista, descubrimos solo un pequeño trozo de la gran historia de una entidad histórica como es Patronato Maristas.
No es habitual que una entidad baloncestística cumpla ni más ni menos que 75 años de historia.
Ni mucho menos, y más teniendo en cuenta todas las circunstancias que se han tenido que pasar. Cumple 75 años porque nació del fútbol, y en aquel momento era el deporte con más reglas a la hora de fundar una organización: había que realizar unos estatutos, por ejemplo. Ya se jugaba a baloncesto en algunos colegios, pero de manera organizada todavía los clubs no estaban establecidos. Eso es lo que nos da la ventaja de llevar tantos años constituidos como club.
Prácticamente, de hecho, va de la mano de la creación de la Federación Vizcaína de Baloncesto…
El baloncesto nació propiamente en los colegios, con la excepción puntual del Club Deportivo, que entonces era el centro del deporte en Bilbao. Santiago Apóstol de La Salle, los jesuitas de Indautxu, Escolapios… fueron colegios de religiosos que impulsaron el baloncesto. En Patronato fueron una serie de hermanos de La Salle que aún continúan vivos los que apostaron por el deporte, como el hermano Isidro, Moisés o el hermano Víctor que entrenaba en minibasket.
A lo largo de este tiempo, diversos nombres en forma de figuras nos vienen a la mente cuando pensamos en la relación con Patronato Maristas. No obstante, más allá de algunas personas, lo que siempre se ha mantenido es el carácter formativo, incluso llegando a estar muy cerca de la élite, ¿no?
Hemos estado nueve años siendo el máximo representante del baloncesto bizkaino, y siempre hemos formado parte de la creación de los principales proyectos baloncestísticos. Tanto Paco Ribadona como Jon Beaskoetxea fueron personas que tenían una gran inquietud por el baloncesto formativo y del minibasket. Jon Beaskoetxea fue el que impulsó el minibasket en Bizkaia de la mano de Anselmo López, que era el presidente de la Federación Española. Recuerdo que estaba obsesionado con ello y que todos los alumnos del colegio teníamos ficha… (risas). Después, también hemos estado muy ligados a la Federación Bizkaina, que ha pasado malos momentos en los que siempre se ha echado una mano. Juan Sierra o Germán Monge son ejemplos de personas que han colaborado como presidentes de la federación y representan que somos un club que siempre ha tenido una intención de ayudar al baloncesto más allá de los intereses únicos de nuestro club.
Entre otros proyectos, también habéis colaborado en la creación del Bilbao Basket Berri o en la reciente creación de la cantera. ¿Cómo han sido estos procesos?
Son procesos cíclicos y que se repiten. Cuando se quiere sacar adelante un proyecto de baloncesto profesional en Bizkaia, la obligatoriedad es que todos colaboremos. Ya lo experimentamos con la creación de Caja Bilbao, cuando cedimos equipo, instalaciones, entrenadores… Luego ya cuando no interesó mantener ese proyecto, volvieron a nuestro club y estuvimos peleando como Bilbao Patronato aunque la profesionalización nos quedaba grande. Por eso pensamos que ese proyecto debía agruparse en forma de una entidad distinta, y se produjeron muchas reuniones en la sede social del Club con varias personas distintas; ahí se gestó el Bilbao Basket Berri.
¿Qué estáis preparando para celebrar vuestro aniversario?
Creo que vamos a innovar, porque normalmente los aniversarios suelen ser muy públicos y están relacionados con la visibilidad y el hecho de salir a la calle. Nosotros hemos realizado un acto hacia dentro: hemos intentado reestructurar el local, ya que nos parece fundamental para la entidad. Creo que nosotros, sin un local propio, habríamos desaparecido. Hay que estar en un sitio propio donde se pueda trabajar y coger impulso. Así, hemos hecho una primera presentación institucional y pronto vamos a estar también con los patrocinadores. Después, todos los miércoles de mayo vamos a ir realizando pequeños actos en los que contaremos con antiguos jugadores y entrenadores de la historia del club. El objetivo ahí es encontrar puntos de encuentro, y después en septiembre sí que realizaremos un acto en nuestra calle Iturribide, que es donde siempre hemos querido estar. Nosotros compramos en su día un local en la calle para obligarnos a estar permanentemente en la calle. Por último, en octubre, montaremos una salida más oficial en el que intentaremos juntar volumen, además de las escuelas y algunas otras hipótesis. En la web también hemos realizado un gran trabajo de recopilación de artículos de prensa y fotografías que ha supuesto un enorme trabajo de años y podemos verlo ahora.
Después del paso del tiempo y de todos estos años de evolución del baloncesto, ¿con qué aspectos te quedas? Han sucedido muchas cosas, y ahora la pandemia ha vuelto a hacer daño a muchas entidades.
El deporte ha evolucionado mucho, y estábamos todos muy contentos justo antes de que llegase la pandemia. Pero este bajón ha sido grande y nos va a costar por lo menos otro año más recuperarnos del todo. Veo colegios en los que hay deportes que se van a morir y que hasta ahora tenían algo menos de presencia… En baloncesto teníamos una masa muscular algo más potente, pero también estamos acusándolo sin duda alguna. Es cierto que tener equipos de élite arriba con visibilidad y que salgan en los medios nos ayuda muchísimo a que los chavales se enganchen. Los colegios, también, han estado muy timoratos a abrir las pistas y a dar libertad… Otro de los puntos en los que tenemos puesto nuestro foco es en juntar clubes, generar sinergias y ayudarnos entre nosotros con proyectos consolidados. La mitad de los equipos de Bilbao, de hecho, están muy cerca de nosotros, como quien dice en ‘nuestro barrio’. Siempre ha sido nuestro espíritu colaborar y hacer más grande el baloncesto; Salleko Sestao, Colegio Vizcaya y Berrio Otxoa, por ejemplo, son proyectos en los que hemos trabajado.