Magnífica imagen y grandísimo el trabajo realizado por la selección de Euskadi en la segunda semifinal del VII Torneo Internacional ‘Ciudad de Barakaldo’ que organizan la Federación Bizkaina de Baloncesto y el Ayuntamiento de Barakaldo con la colaboración de la Diputación Foral de Bizkaia. El resultado final no refleja la igualdad vivida ya que tan sólo la falta de acierto impidió que se produjera la sorpresa de que las euskaldunes batieran a la Hungría que se colgó el bronce en el pasado Mundial.
Con un 4-0 y Euskadi demostrando saltar a pista sin complejos, así arrancó la segunda semifinal del VII Torneo Internacional ‘Ciudad de Barakaldo’. Molinuevo se aplicaba sobre la mejor jugadora húngara Debora Dubei y también conseguía desbordar en cancha de ataque, pero poco a poco Hungría fue castigando cualquier error euskaldun y le dio la vuelta al choque (7-11, min.6). El tiempo muerto magiar demostraba que a Andrea Kovács no le convencía lo que estaba viendo en pista y que su rival estaba haciendo un buen trabajo. Pese al despertar de Hungría María Eraunzetamurgil respondía con solidez en la proximidad de la pintura. Entonces Álex Aurre metió al equipo más alto que podía en cancha con Molinuevo, Taboada, Urrutia, Zugaza y Eraunzetamurgil para tratar de hacerse fuerte en la el rebote defensivo. El 12-16 y la finalización del primer cuarto no varió los planes.
Hungría se vio frenada, la apuesta por la intensidad de Euskadi funcionó y tan sólo algunas penetraciones magiares eran las que hacían daño a las euskaldunes. Habían transcurrido 4 minutos de este tramo de choque y 15-19 en el marcador. Hungría siguió haciendo daño con penetraciones y en situaciones de bloqueo directo con sus jugadoras pequeñas. Las rentas se dispararon hasta la decena, 15-25. Aurre paró el encuentro y encontró en Itziar Ariztimuño la jugadora que tiraría de la nave de Euskadi, lástima de la tercera personal de la base a un minuto del descanso. Para el intermedio, 20-30 y una buena imagen de las anfitrionas.
Para la reanudación Euskadi trató de sacar ventaja corriendo. Apretar atrás, tensar las líneas de pase y lanzar el contraataque. Esas fueron las armas de las euskaldunes pero no siempre finalizó en canasta y eso impidió recortar las diferencias por debajo de la decena de puntos (25-35, min. 25). Pese a contener a Hungría faltaba anotar con asiduidad ante la zona 2-3 propuesta por las húngaras. Se dependía entonces del tiro exterior y el triple de Molinuevo tras dos acciones previas de Eraunzetamurgil subió el 35-41 con el que se llegó el final del tercer acto. Euskadi ponía contra las cuerdas al bronce Mundial.
Y más aún que se comprometió a Hungría. Euskadi tuvo en sus manos, en varios tiros libres, la opción de situarse a dos puntos, tampoco los triples de Larrañaga entraron y no se bajó del 39-43. El juego entre pívots también permitió el mantenerse en el choque pero faltó acierto. Y con muy poco las magiares consiguieron coger aire (39-46, min. 34). Euskadi necesitaba un extra de acierto porque todo lo demás rozaba la perfección, tanto la defensa como el juego en equipo. Sin embargo esto no llegó y sí lo hizo el triple de Nagy para dejar el choque encarrilado para las húngaras.
