Hay historias deportivas que requieren de un añadido narrativo para ser contadas, pero esta es una clara excepción a la regla. Un recién ascendido como el Getxo ST cuenta, a falta de cuatro jornadas para el final del Grupo A, con opciones para participar de la fase de ascenso a la LEB Plata como segundo y tercer clasificado. A colación de la extraordinaria campaña realizada a pesar de las bajas y todos los inconvenientes, hablamos con Imanol Adán, entrenador de un equipo que además ha logrado despertar la afición de un público que ahora asiste con pasión y ganas a Fadura ilusionado por la gran campaña y juego de un conjunto que ilusiona.
La temporada está siendo excepcional. Mientras que al principio vuestro objetivo estaba más orientado a ir sumando e ir acercándoos a la clasificación, ahora la situación clasificatoria dice mucho más, sobre todo para un equipo como vosotros, recién ascendido.
Está claro que estar en la vigésimo séptima jornada con opciones de fase de ascenso no es algo habitual para un recién ascendido. El merecimiento es absoluto; lo mismo que al principio de temporada se hablaba de una muy buena dinámica y de un gran estado físico ha pasado a ser que tenemos una gran plantilla, que el entrenador es muy majo y muy bueno… (risas) En realidad todo es trabajo, y no hay mucha más historia. Es un grupo sensacional que está trabajando sensacional y han sido capaces de sacar la cabeza ante las peores situaciones que han podido encontrarse. Tienen un merecimiento absoluto por estar ahora mismo con ese balance de 18-8 y pegándose con los transatlánticos que están ahí arriba. Lo tildaría casi de milagro…
El vuestro es un equipo fundamentalmente formado por gente de la casa que en un momento dado se queda sin su referente Joseba Iglesias, y además también tiene la baja de Javier González y Xabi Vega. En ningún momento hemos visto excusas… ¿qué piensas de esto?
El tema de las excusas es algo muy manido. Lo fácil hubiese sido quejarse de que no tenemos juego interior, de que cada vez teníamos menos exteriores y solo un base… Pero cuando tuvimos esta situación tomamos la decisión de seguir adelante, tirando como sea y reinventándose como equipo, pasando a ser algo distinto, algo más extraño, porque no hay ningún equipo en la liga que juegue con dos bases, dos escoltas y un pívot. Cuatro pequeñísimos, con dos bases y dos escoltas puros. Hemos optimizado los recursos que teníamos como equipo tras las bajas y desde la salida de Joseba hemos sido capaces de sacar ocho victorias.
El estilo ha ido reconvirtiéndose hacia el ‘small ball’, que tiene la complicación de que hay que imponerlo al juego del otro equipo para poder competir. ¿Cómo habéis cambiado a nivel de equipo?
El estilo que hemos cambiado es el ofensivo, porque en el defensivo no hemos cambiado nada salvo algún pequeño ajuste; seguimos estando cerca del balón, somos agresivos en las situaciones de bloqueo directo… Ahora, ofensivamente, anotamos menos que cuando teníamos a Joseba Iglesias, y corremos diferente, ocupando otros espacios. Pero lo diferencial es que hacemos cosas que el resto de equipos de la liga no hacen, con situaciones tácticas más variadas y diferentes a los otros conjuntos y ahí somos capaces de castigar mucho. Atacamos y castigamos las salidas para tiradores, los 1x1s en desajustes en los cambios… La defensa del cambio en el bloqueo directo es muy cómoda pero es peligrosa contra nosotros realmente, porque obligamos a jugadores interiores a defender lejos del aro y creo que eso nos hace raros o diferentes.
Os habéis apodado a vosotros mismos los ‘tarados’. ¿En qué momento convenciste a tu equipo de adoptar esta identidad? ¿Os retroalimentáis para poder generar este tipo de planteamientos y seguir ganando?
Lo de los tarados es porque tenemos muchas taras, tanto en lo físico como mental… (risas) Está claro que una parte es achacable a la retroalimentación, pero he de decir que ellos me convencen más a mí que yo a ellos. Te pongo un ejemplo: después de la derrota sobre la bocina ante Cantbasket, en un partido que teníamos prácticamente ganado, recibo hora y media después siete mensajes de ‘el lunes volvemos a empezar, no te preocupes…’ Con este grupo no hay momento para el desaliento, y prueba de ello es que lo máximo que hemos perdido son dos partidos consecutivos. Hemos perdido a Eder Chavarri y todo el mundo ha adoptado la actitud de seguir compitiendo, estuviésemos en la situación que estuviésemos… La reducción de jugadores se nota de manera más significativa a la hora de entrenar, ya que la primera sesión de la semana hay que dedicarla prácticamente al ‘baño y masaje’, porque no podemos con el alma… Pero ni los jugadores, ni el staff técnico… Esta semana el entrenamiento del lunes fue el campeonato mundial de globos, a modo de sorpresa… (risas) En base a pequeñas tonterías, intentamos que nuestros procesos mentales estén ahí y que el desgaste sea el menor posible, porque date cuenta que llevamos desde diciembre con muchos jugadores por encima de los treinta minutos de media. Pero gran parte de la culpa es del preparador físico que tenemos, que es como una tortura y los tiene a tono pase lo que pase… De todas maneras, creo que todo puede reducirse a un proceso de madurez mental, ya que el grupo es exageradamente maduro…
Vamos con la actualidad: el domingo os enfrentáis a Zarautz como visitantes, a las 18:30. ¿Se podría decir que a día de hoy hacéis cuentas para intentar entrar en la fase o ni os preocupa lo más mínimo?
Cuentas estamos echando todos… Quedan enfrentamientos directos entre Ointxe Mondragón, Cantbasket y Baskonia y nuestra idea es tratar de sacar estos dos próximos partidos y llegar a las últimas jornadas con opciones de estar ahí. Tenemos un problema en forma de basket averages, porque los tenemos perdidos con los otros tres conjuntos, con lo que será muy difícil que todos pierdan más de un partido y que podamos entrar ahí. Nuestro objetivo es apurar las opciones hasta el final y estar ahí, empezando por el encuentro ante Zarautz, que será durísimo a pesar de su situación clasificatoria. Se trata de un equipo con gran nivel físico, con victorias muy buenas y contra los que nos costó mucho ganar en casa. Ellos están en ese punto en el que nos pueden ganar perfectamente, pero creo que si sacamos estos dos triunfos sí que vamos a estar mirando otros partidos y marcadores por si tenemos opciones. También tenemos una cosa muy clara: solamente estar ahora jugándonos cosas por arriba es un gran premio, y solo nos lo planteamos como un punto de disfrute. Después, cuando termine la temporada, nos daremos cuenta de que es la bomba lo que hemos hecho.
El equipo y su colectividad es lo más destacable, pero hay varios nombres propios que tenemos obligación de mencionar: Asier González es el máximo anotador del equipo, mientras que Nahuel Del Val se ha afianzado en la liga con ese rol de tirador y los hermanos Fernández siguen a su nivel. ¿Qué nos puedes contar de estas personas?
Hay un jugador que no se ha mencionado y que para nosotros es el termómetro del equipo y no es otro que Iker ‘Txiki’ Elorriaga. Se trata de un jugador que hace unos años no quería absolutamente nadie, y él se sentó conmigo para pedirme una oportunidad. En su día hablamos y creo que actualmente es el mejor defensor exterior de la liga, además de que creo que cada día podría anotar veinte puntos, pero ha renunciado a eso. Le interesa llevar el tono defensivo del equipo y sacarnos hacia adelante en esa faceta. El resto de nombres mencionados están haciendo las mejores temporadas de su vida… Asier González, en su anterior intento de jugar en Liga EBA, jugó muy poco y no tuvo su oportunidad, y acabó volviendo relativamente rebotado al equipo… Él inició un proceso de mejora que le ha llevado a estar entre los tres o cuatro mejores jugadores interiores del grupo. Con Nahuel Del Val pasaba algo similar, ya que había perdido un poco su punch mental para el baloncesto, y se ha recuperado a base de confianza. Yo había trabajado con él en cadete, y ya habíamos trabajado juntos y crecido juntos aquel año… Mikel y Ander Fernández son el ejemplo de dos jugadores de la casa; si Getxo no hubiese subido a EBA, no creo que nadie habría apostado en la liga por Mikel Fernández y es un espectáculo. Yo disfruto mucho con él a pesar de que discutimos prácticamente cada minuto, porque se piensa que sabe más de baloncesto que yo y todavía no, en algún momento seguro que sí… (risas) Ander Fernández había tenido un periplo por fuera de Bizkaia con algo de inestabilidad; es un jugador que a veces yo ‘mataría’ (risas), pero nos ha dado una mejora y un equilibrio importantísimo, además siendo un jugador diferente con el perfil de base alto corriendo y que entiende muy bien el baloncesto a pesar de algunas ‘nubes’ y ‘taras’… (risas). Si a todos ellos les sumas a Eder Chavarri, que está completando su mejor campaña en la liga tras retornar desde 2ª Nacional… Son jugadores que han crecido a base de hambre, instinto y ganas han crecido y madurado, con la oportunidad de juntarse todos en este momento en el equipo y crear un enorme colectivo, que es la clave de todo.
¿Cómo has notado la evolución del público en Fadura durante vuestros partidos?
No era una cancha fácil para que hubiese público, pero creo que el baloncesto que hace este equipo arrastra. Arrastra a la gente del club y a mucha gente de Bizkaia que quiere ver algo distinto y que sale encantada y que vuelve la semana siguiente. Yo no he visto nunca llenazos como se han visto en Fadura este año y habla muy bien de todo el equipo, y de cómo gente de la casa con un poco de paciencia, algo de suerte y mucho trabajo es capaz de dar un paso más y de atraer a toda esa gente que hay alrededor para que disfruten del baloncesto.