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Primer título continental de un equipo bizkaino. La guinda al pastel del 25 aniversario del Bilbao Basket. La proclamación de campeones de la FIBA Europe Cup es mucho más que un nuevo trofeo en las vitrinas del Surne BB. Y lo es por la trayectoria en esta competición: con triple estratosférico de Abdur-Rahkman en el último segundo ante el Tofas Bursa que les mandaba a semifinales, por los últimos 5 minutos ante el Dijon en el Bilbao Arena con remontada histórica de 19 puntos incluida en semis, y por saber rehacerse cuando estaba contra las cuerdas en el partido de vuelta de la final ante todo un histórico como el PAOK y en el auténtico infierno griego. Este miércoles, el Surne Bilbao Basket rubricó la derrota más dulce de la historia del baloncesto bizkaino al ceder 84 a 82 en Salónica haciendo valer así el +7 de la ida en el Bilbao Arena. Pantzar, merecidamente, MVP de la final.
Miércoles, 23 de abril de 2025. Partido de vuelta de la final de la FIBA Europe Cup. El Bilbao Basket acudían a Salónica con un +7 del partido disputado una semana antes en el Bilbao Arena. Con la baja de Cazalon, con el descarte de Kullamae, y la recuperación de Hlinason tras un mes inactivo, y mucha ilusión y concentración se presentaban los MIB en el infierno griego. El PAOK Sports Arena no defraudó y superó las expectativas de caldera a presión que se preveían. Los árbitros también lo debieron de notar no en vano colocaron al Surne en bonujs en 3 minutos y medio. Sin embargo, la puesta en escena de los de Jaume Ponsarnau fue una declaración de intenciones. Triple de Frey, De Ridder resolutivo en pintura, Abdur-Rahkman viendo aro desde el arco y Pantzar vertical. Tras 10 minutos, empate a 24. La entrada a pista de Hlinason se convirtió en un factor desequilibrante por lo que finalizó cerca del aro, por lo que generó para sus compañeros y por la presencia en la pintura defensiva para cambiar tiros griegos. Gielo aprovechó las asistencias del pívot islandés. El polaco demostró una eficacia espectacular con 2 triples incluidos y en 2′ +8 en el marcador. El PAOK no consiguió frenar la incontinencia de juego, buenas lecturas y efectividad de los de Ponsarnau. Al descanso un inmejorable e ilusionante 39-49.
El trío estelar del PAOK, Bartley, Reynolds y Kreuser se llevó únicamente 3 canastas en juego a vestuarios. En la vuelta, era clave para el Surne aguantar los primeros minutos de la segunda mitad de los de Massimo Cancellieri. Se aguantó el empujón heleno durante 5 minutos (44-52), pero los colegiados castigaban con falta y tiros libres cualquier contacto bilbaíno, el Bilbao Basket empezaba a sufrir y a espesar su ataque, no se sumaba al contraataque y no se metían balones en la pintura, y eso coincidió con el despertar de Kreuser que junto a Henderson completó un parcial de 11-2 para darle la vuelta al marcador ante delirio de los más de 8.000 aficionados griegos. En ese momento, efectividad de Jones en la línea de tiros libres, Abdur-Rahkman estuvo providencial con un triple y 2 nuevos tiros libres para que no abriera brecha el conjunto local (63-61, min.30).
Los actores secundarios helenos como Grandison emergieron y ponían contra las cuerdas a un Surne que veía que el balón quemaba por momentos, faltaban ideas y se tiraba más de calidad individual para resolver que de trabajo coral. Con el +4 del PAOK se empezaba a gastar fichas del zurrón del +7 de la ida. El triple de Kreuser elevaba el delirio en el PAOK Sports Arena (74-67). Tiempo muerto de Ponsarnau, ajustes de quinteto, Frey volvía a pista y con un 2+1 era el único que fue capaz de acabar con la sequía de 2 minutos y medio sin anotar cuando matemáticamente Katsivelis relegaba al subcampeonato al Bilbao Basket a 3 minutos del final. Las líneas de tiros libres iban a decidir el choque y ahí Pantzar estuvo certero, pero también el PAOK. El triple de Frey a 1 minuto del final llevaba el 81-77. Había margen gracias al +7 de la ida. Entre las buenas defensas y los errores del PAOK, junto a los tiros libres de Dragic y De Ridder, el Surne selló la derrota más dulce de su historia, 84-82. El +7 fue suficiente y la fiesta del equipo y los 150 seguidores desplazados, más que merecida.