La final masculina del Campeonato Mini de Euskadi y Nafarroa de Selecciones Territoriales tuvo a Bizkaia y Gipuzkoa como protagonistas. Los bizkainos aguantaron bien el primer asalto, pero con el paso de los minutos los errores propios permitieron a los gipuzkoanos abrir brecha hasta el 28-46 del descanso. Costó recortar ese margen, tanto que aunque se intentó y se luchó hasta el final, pero nunca hubo opciones de cuestionar el triunfo azulón (75-81).
Buenas hechuras mostró Bizkaia en el arranque con intensidad y compromiso defensivo innegociable, además la verticalidad y la solvencia en ataque llevó al 17-14 al término del primer período. Eso sí, Gipuzkoa se mostraba temible por su capacidad defensiva y anotadora.
Pero el segundo período cambió de signo totalmente. Fueron más los errores que los aciertos, las imprecisiones en los pases y eso hizo que en mucha posesiones Bizkaia no llegara ni a lanzar a canasta. Los problemas en el balance defensivo y las pérdidas bizkainas fueron castigos por Gipuzkoa y se presumía peligroso el 19-34 que mostraba el marcador al final del segundo capítulo. Recuperó el tono Bizkaia pero eso sirvió sólo para mantenerle el pulso al equipo azulón no para recortarle distancias. Al descanso, 28-46.
Había margen para la reacción y Bizkaia no tardó en ponerse a ellos. Tras el intermedio parcial de 6-0 y los de Jon Ander que volvían a meterse en partido por la vía rápida. Gipuzkoa paró el partido y ese tiempo muerto le valió para aclarar ideas y frenar la escalada de los anfitriones. Los bizkainos transitaron entre el error y las buenas acciones, faltaba más de lo segundo para poder dar alcance a los azulones. Al término del cuarto período, 41-57. Por momento Gipuzkoa amenazó con romper el partido pero un buen último minuto del quinto capítulo del partido hizo revivir a los anfitriones, 50-66. La actitud era la de la remontada. Un canastón y un triple de Aiur Iglesias, seguido de un 2+1 del getxotarra sin anotar el adicional recortaron al 67-74 a 3 minutos del final. Pero hasta ahí llegó Bizkaia. La desventaja no bajó lo necesario y los rojillos, hoy de blanco, se tuvieron que conformar con el subcampeonato.