En una semana complicada para el baloncesto bizkaino, y en particular para el mundo del arbitraje por el reciente fallecimiento de Juan López Vicente, entrevistamos a modo de homenaje a uno de los grandes árbitros bizkainos. Kiko de la Maza, para el que ‘Juanito’ fue un maestro y un sabio, acumula más de 800 partidos ACB a sus espaldas, cifra que ha llenado su mochila de un sinfín de experiencias. Hace cinco años se desentendería definitivamente del arbitraje, pero ahora sigue con atención los toros desde la barrera. Escuchamos el testimonio de de la Maza, clarividente y autoridad en materia de arbitraje.
Con lo difícil que es llegar a la élite… ¿Qué piensas cuando echas la vista atrás y observas tu trayectoria? Incluso puedes verlo ahora con más perspectiva, ya que hace un tiempo que no ejerces aunque continúes enganchado al mundillo…
Ha sido toda una vida de dedicación al baloncesto y al arbitraje. Comencé con trece años, cuando aparecí en la sede de la Federación Vizcaína de Baloncesto en José Mª Escurza. Tuve varios momentos clave en los que tuve la suerte de poder ir ascendiendo para acabar llegando al ACB. Aunque lo más complicado es sin duda mantenerse en la élite. Desde que llegué a la ACB, en el año 1988 (la famosa liga de Petrovic), ha cambiado mucho la liga. Fue una época emocionante, en la que se transmitían los partidos a través de las radios y el público abarrotaba los pabellones. Conocí a Epi, Fernando Martín y otros que yo admiraba en mi infancia, lo que fue tremendo. Y en cuanto al juego… ha cambiado muchísimo en todos los aspectos, y lógicamente en el reglamento también. Las estructuras de los equipos son distintas, las características del juego e incluso los jugadores han mejorado mucho, tanto física como técnicamente.
La semana pasada recibíamos la triste noticia del fallecimiento de uno de los bilbaínos más ilustres en términos de arbitraje baloncestístico como era Juan López Vicente, ‘Juanito’. Seguro que la familia del basket bizkaino y del arbitraje ha propiciado que tuvieses muchos recuerdos con él…
La verdad es que me emociono… Conocí a ‘Juanito’ justo en ese momento que relataba antes, cuando llegué a la Federación y me dio ese curso de árbitro. Para mí y creo que para todos ha sido un maestro, pero sobre todo un sabio del arbitraje. Finalmente ha sido un amigo con mayúsculas para mí.
Y de la importancia de los mentores y la formación extraemos la siguiente pregunta. Juan Carlos García y Sergio Manuel se encuentran en la actualidad en la élite representando al baloncesto bizkaino en ACB… ¿Cómo ves en la actualidad el arbitraje bizkaino?
Hay buenos mimbres y cada vez está llegando más gente. Hemos tenido una laguna durante unos cuantos años, pero creo que ahora de nuevo hay gente que se está animando y soy optimista de cara al futuro.
¿Actualmente sigues ligado al mundo del arbitraje o del baloncesto de alguna manera?
Acabé de arbitrar en 2012, y después estuve cuatro años en el departamento técnico de la ACB, con lo que conocí la problemática. En 2016 se me cruzó el cable y paré totalmente porque llevaba mucho tiempo en el mundillo. Ahora llevo un tiempo viendo los toros desde la barrera, y como aficionado me trago todo el baloncesto que puedo de todas las categorías posibles. El arbitraje siempre va a estar en el ojo del huracán, ya que somos de alguna manera los ‘patitos feos’ y es lógico y está asumido. El arbitraje en general va mejorando, aunque siempre vamos detrás de los técnicos y de los jugadores.
Una de esas situaciones complicadas que los árbitros tenéis que gestionar de vez en cuando sucedió este pasado fin de semana en ACB, en el encuentro entre el Leche Río Breogán y el UCAM Murcia que arbitró Sergio Manuel. Qué difícil es, y más ahora con repeticiones, tomar la decisión adecuada con una presión ambiental tan enorme… Y qué bien fue gestionada esa situación.
Uno de los aspectos más importantes en el arbitraje es el aspecto psicológico, precisamente para poder aguantar la presión en ambientes tan cargados como el del pasado fin de semana en Lugo. Hay que decir que es uno de los lugares más difíciles por la presión que hay, y puedo compararlo con Grecia o con la Sala Pionir en Belgrado, por ejemplo. Y si ya el partido se pone tenso… Aunque ahora tienen la ventaja del Instant Replay, sigue siendo muy difícil y creo que lo sacaron bien. Sergio en particular es un chico muy templado y seguro que extraerá una lectura del encuentro. Hay que sacar los partidos se pongan como se pongan…
Sabemos que eras un árbitro que se preparaba muy bien los partidos, empapándote de todos los datos posibles de los rivales. Quizás ahora existan más medios para poder realizar este seguimiento, que es un gran trabajo. ¿Cómo crees que ha evolucionado este trabajo? ¿Se han dado pasos hacia la profesionalización?
Se ha avanzado muchísimo. Antes se trataba de cada uno y de su trabajo personal. Ahora, en la previa de los partidos, los árbitros trabajan muchísimo y casi hacen un ‘scouting’ similar al de un equipo. Los tres árbitros hacen un scouting general y de la jornada anterior del equipo, y cuando llegan a la ciudad en cuestión hacen una reunión de dos o tres horas de duración para preparar el partido. El contenido de esa reunión es muy completo en casi todos los aspectos.
Desde fuera muchas veces tendemos a comentar que no se está utilizando el mismo rasero para medir a unos y a otros desde el desconocimiento. Comprendemos que vosotros siempre tenéis consignas y puntos claros donde concentrar vuestra atención y que esos detalles van cambiando.
Durante la pretemporada se marcan criterios y pautas claras en diferentes aspectos. Una vez que empieza el partido, es el principal el que tiene que marcar cómo será el arbitraje del encuentro, pitando y no pitando. Es una tarea complicada porque tres personas ven el juego desde una óptica distinta y hay que coordinarse. Cuando se marca ese criterio, lo verdaderamente complicado es mantenerlo hasta el final. Muchas veces esto es voluble y se dan situaciones en las que el arbitraje “chirría” y pasa que no lo entiende nadie. Por supuesto, hay que tener el mismo baremos para los dos equipos y tener la balanza equilibrada.
A la ACB ha llegado ya el Instant Replay, con evoluciones en su uso y ejecución. No obstante, vemos cómo en otros deportes se han dado incluso más pasos adelante en el uso de la tecnología y la toma de decisiones en el arbitraje. ¿Crees que el uso de las variantes tecnológicas está tocando techo o puede crecer aún más?
Personalmente no soy muy partidario de estas herramientas… No me gusta decirlo porque parece que igual me he quedado un poco anticuado. No me gustan los parones y las situaciones que se dan ahora, aunque el protocolo de uso es claro. El tema aquí es el de antes; marcar el criterio y mantenerlo todo el encuentro. A veces surge una incomprensión total del aficionado, que no sabe cuándo van o no van a revisar distintas jugadas. Y es que incluso para aquellos estudiosos del reglamento hay situaciones que son difíciles de determinar…
¿Cómo crees que puede mejorarse la captación de árbitros?
Eso está ya muy trillado… Lo suyo sería aumentar la presencia en colegios con charlas y experiencias para animar a los chavales a coger un silbato y disfrutar. Yo puedo decir que es una experiencia apasionante y ha sido mi vida.
Y por último… ¿cómo crees que ha cambiado la imagen del árbitro para con la sociedad y con el resto de actores del mundo del basket?
La imagen cada vez es mejor. Otra cosa es que la pasión con la que se vive el deporte sobre todo en el sur de Europa complica la labor. Yo creo que la figura del árbitro cada vez se recibe con más normalidad dentro de la sociedad. Ahora que se va renovando la plantilla y entra gente joven en relevo generacional, se aprecia que están todos muy preparados y que son personas normales.