Imanol Adán: “Estamos donde nos hemos merecido hasta ahora”

IMANOL ADAN
IMANOL ADAN

No es fácil que entrenadores bizkainos busquen salida profesional fuera de Bizkaia en el mundo del baloncesto, Imanol Adán la encontró, tras formarse en Jarrilleros dio el  salto a Loiola Indautxu y de ahí a tierras catalanas. Con esa experiencia ha regresado a nuestro baloncesto para aportar su granito de arena al Santurtzi en EBA y al Programa de Tecnificación. Repasamos su trayectoria y la actualidad de su equipo en la EBA.

Los inicios en Jarrilleros, ¿cómo los recuerda?

La etapa de Jarrilleros es la que recuerdo con más cariño, entré como jugador a los 8 años, a los 16 empecé a entrenar, estas con tus amigos del cole, del pueblo… Además  coincidió con la mejor etapa de Jarrilleros con varios años en Primera Nacional, incluso estando arriba, con gente solo de la casa, y en formación obtuvimos varios campeonatos de Bizkaia y jugamos las Ligas Vascas de los años 90.

El siguiente paso fue Loiola pero de ahí, en 2007 marcha para Barcelona. ¿Cómo fue aquella etapa?

Se plantea como un reto personal. Me sale la oportunidad de ir a un sitio que es complicado porque, aunque ahora hay algún entrenador más, el 99,9% de los entrenadores son de allí. Así que el reto era ser capaz de aportarles algo de nuestro baloncesto y fue muy satisfactorio.

Estuve en formación en el Safa Claró, Joventut Las Cors, CN Sabadell y finalmente el júnior del CB Hospitalet. El último año tuve la ocasión de competir con entrenadores de gran nivel, con Paco Redondeo que está en el júnior del Real Madrid, Adriá Alonso en el júnior de la Penya, Joan Braulio del junior del Barça y todo eso marca mucho en la formación de un entrenador.

¿Qué importarías de lo vivido en tierras catalanas?

Me quedo con el respeto que tienen por el baloncesto y el deporte en general. A diferencia de aquí que cualquier jugador te pone una excusa para no entrenar, allí cuando se comprometen lo hacen a tope. Y estamos hablando que allí entrenan 4-5 días y el cuarto día eran los sábados a las 14 horas. Pese a lo intempestivo de los horarios en ningún momento los jugadores ponían ningún ‘pero’ cuando algunos tenían que hacer 50 y 60 kilómetros para venir a entrenar o jugar. El respeto del entorno también es mucho mayor que aquí.

Y regresas a Loiola…

Sí, después de 6 años era el momento de volver a casa, llego a Loiola con la idea de no entrenar mucho, empiezo con un preinfantil y acabo entrenando a 4 equipos…, me recordaba otras etapas del baloncesto bizkaino. Y tras conseguir salvar al júnior pensaba coger algún preinfantil esta temporada que era lo que me apetecía en este momento.

Sin embargo le llega una oferta irrechazable, la oportunidad de dirigir a un EBA

Sí, a mediados de junio sale la opción de entrenar en Santurtzi al EBA, algo que no me había planteado porque llevaba 5 años sin entrenar a senior y no era lo que más me apetecía pero era un reto más.

¿Y qué dificultades te has encontrado en EBA?

Dificultades muchas porque es una categoría semiprofesional y hay demasiados jugadores que no entienden el concepto del jugador semiprofesional. El compromiso existe, pero no al nivel que a mí me gustaría. Son jugadores que se han formado de una manera y es difícil cambiar ese hábito. Como dice alguien que conozco: “El baloncesto es la cosa más importante de las cosas menos importantes”; pero no todos los jugadores piensan igual.

¿Qué opina del nivel que se está encontrando en la categoría co respecto a la referencia en Cataluña?

El nivel de la categoría es muy similar a la EBA catalana. Los 5-6 primeros equipos de este grupo tienen el mismo nivel que los primeros de la EBA catalana, tal vez los de abajo sean más flojos que los medios-bajos de allí. El problema es que los jugadores no compiten como los catalanes desde que tiene 8 años.

Actualmente el Santurtzi es séptimo empatado con otros 4 equipos que le preceden. ¿Está donde se merecen?, ¿aspiraban estar más arriba?

Estamos donde nos hemos merecido hasta ahora. Ninguna de las derrotas ha sido por ninguna cosa que no sea por incapacidad nuestra para gestionar diferentes situaciones. La plantilla que se había hecho era de mucha calidad, pero cuando juntas a un equipo con mucha calidad todo el mundo le quiere poner etiquetas y es algo odiosos porque desde el principio íbamos a ser el equipo que iba a ascenderá Adecco Plata sin bajarse del autobús; y a pesar que el primer mes y medio ataqué mucho este tema, no he sabido llegar a ellos y a estas alturas de la temporada alguno aún piensa que vamos a jugar la Fase de Ascenso sin bajar del autobús.

Ha habido cierta irregularidad en la trayectoria del equipo, ¿ha venido motivado por los cambios en la plantilla?

Empezamos con que de la plantilla del año pasado quedan 4 jugadores, con lo que ya arrancamos con una plantilla nueva. Luego hemos tenido que hacer 4 cambios, unos porque no se adaptaban al tipo de baloncesto que yo planteaba y otros por temas personales. Eso dificulta mucho. Además ahora estamos pasando un período de lesiones importante y todo está haciendo que tengamos altibajos. La parte positiva es que nosotros no hemos tenido una crisis gorda como han tenido otros pero no terminamos de encontrar ese puntito que me gustaría.

Aunque estas dirigiendo en EBA no te has desvinculado de la formación porque intentas sacar un tiempo de donde no lo hay para colaborar en el Programa de Tecnificación.

Sí, cuando la temporada anterior Txutxi me propuso el tema sólo le pedí que esto no fuera una guardería en la que nos juntaríamos los domingos por la tarde con 100 chavales porque así se hace número. Quería que los jugadores que vienen vinieran a aportar todo su esfuerzo, que lo hicieran porque tienen unas características físicas, mentales, grupales y paternas que les permitan avanzar. El año pasado me lo planteé como un reto y visto que encontramos un grupo de trabajo a nivel de entrenadores con muchas ganas de hacer cosas y que los jugadores han demostrado que tienen una implicación muy alta y el grupo de trabajo no es nada malo, hemos decidido seguir y dar un paso más.

Trabajando con los más jóvenes, ¿cómo ve su futuro?

Nuestros jóvenes valores están a un nivel altísimo pero desafortunadamente no están con nosotros. Sigue faltando ese nexo de unión que debería de venir desde el equipo más representativo de la provincia para darles a esos 15 jugadores de nivel que tenemos entre los 14 y los 20 años la salida y oportunidad de trabajar aquí. Mientras eso siga sin pasar los mejores nos seguirán abandonando. Los que vienen ahora no tienen ni el talento ni el físico de los que les preceden y esto es un problema muy serio porque el relevo no llega con la calidad que tendría que llegar.

¿Y cómo se solucionaría?

Si pudiésemos encontrar un sitio donde se pudiera entrenar 4-5 días a la semana, los jugadores quisieran trabajar de verdad y seguro que tendríamos más jugadores al más alto nivel.

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